Foto oficial del papa ©Vatican Media
PRINCIPIÔ PONTIFICADO
Por: Joaquín Reyes Posada
La continuidad de la misión de su antecesor el Papa Francisco queda garantizada con la elección de Robert Francis Prevot Martínez, miembro de la Comunidad Agustina que ofrece su servicio espiritual en todo el mundo. Decidió tomar el nombre de León XIV para seguir las orientaciones de su antecesor León XIII y su idea de justicia social, diálogo y reconciliación. Más allá de su vocación sacerdotal, de recorrer un camino de acción misionera por varias décadas en Perú, país que le otorgó la ciudadanía, de entregar su vida al servicio de los demás, especialmente los más vulnerables, es antes que nada un ser humano de enorme trascendencia ha trabajado por causas sociales y ha invocado el sentido de la solidaridad para aliviar el sufrimiento de los pueblos del mundo.
El nuevo Sumo Pontífice, aparte de su labor religiosa, evangélica y apostólica, seguramente dedicará mucho tiempo a luchar por la paz mundial, por los derechos de las poblaciones afectadas por la pobreza y la desigualdad, buscará caminos de entendimiento para que las naciones en guerra se acerquen a la mejor solución de sus conflictos a través del diálogo. Hará los máximos esfuerzos para que la realidad social tan amenazada por desequilibrios y el apetito de poder de los líderes actuales, encuentre caminos de entendimiento y se supere la dura condición de millones de personas que sufren a diario por un pedazo de pan y por un lamentable estado de indiferencia y abandono por parte de quienes conducen el destino de las naciones, especialmente las más pobres.