Violencia sexual contra los niños de Colombia.

                                                                                                                                                                                                           Foto Depositphotos.

NO ESTÁ EN MIS MANOS

Por: Joaquín Reyes Posada

En efecto. No está en mis manos, ni en las tuyas, acabar por siempre con el flagelo de la violencia sexual contra los niños de Colombia. Todos los días, en mensajes de pesadilla, los noticieros de televisión registran aterradores casos de agresión contra nuestra población infantil, con el agravante de que se trata de violaciones a niñas y niños en edades primeras.

Cómo entender la monstruosidad cometida algunas veces por familiares, quienes, sin talanquera moral, acceden a ultrajes a la inocencia de sus parientes y peor aún, cuando se trata de los propios padres que violan a sus hijas de dos, tres o más años de edad.

No está en nuestras manos es verdad, aunque en cierta manera lo está, si ejercemos presión sobre las instituciones encargadas de reprimir con el peso de la ley, este horror que degrada la condición humana y los valores del espíritu.

A los legisladores, que tienen familia e hijos pequeños, les corresponde la tarea histórica de elaborar proyectos de ley severos y rotundos para poner freno a semejante aberración. Y hacer que se conviertan en herramientas jurídicas definitivas, si se anhela vivir en un país decente, en una sociedad civilizada, en un rincón del mundo donde los niños sean tratados como lo que son, seres humanos de inmenso valor y reserva de un ejército de personas que se forman para hacer digno el presente y el futuro de la nación.